La lágrima fue dicha...
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde
Angel Gonzalez, otro de los grandes poetas vivos. Maestro de maestros este asturiano es uno de los responsables de la nueva edad de oro de la poesía española.
Borrar las lagrimas, dejar a un lado el pasado, lo que un día murió no puede revivir por mas que lo intentemos, las lagrimas marcaron un territorio pero volver a llorar por aquello que pasó y si se fue el querer a ciegas que vuelva solo nos hara mas daño, rompernos duranta mucho mas tiempo
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