La Palabra enlazara la tarde

La palabra enlazará la tarde,
el sol calentara mi desconcierto
y la llanura que sitúo frente a mi mente
se tornara deshabitada por momentos

Se atará al instante y ya patética
tratará de salir de aquí
por una ventana que ni veo
a la improbable eternidad

Dirá de mí como si....,
Bueno como si justificara algún asunto
Altanerías y soberbia

trato de ser quien debo ser
aún traicionando y aún
golpeado por traiciones

escribo y desescribo este poema
que ni me juzga o salva /que
me inventa y me borra
verso a verso

y está la tarde de oro y su congoja
mi mirar a lo lejos y el deseo
de unos lejanos frutos que asequibles

y se guarde en palabras
sentimiento

¿VOY? ¿VIENES?

La noche no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.

El día no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.
Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.

Federico Garcia Lorca, Magia y sonoridad. Un hermoso regalo de miercoles por la tarde

Te recuerdo

Te recuerdo,
Estabas de pie frente a mi.
Tus labios perfilados
tus pómulos marcados
tus ojos perdidos
sin nada que decir.
Entonces , un rayo,
el suspiro del posar
tus ojos en mi.
un encuentro de un instante.
Próxima estación Laguna
Entonces,
un adiós.

Letania

Para los niños
mentiras.
Para el amor
mentiras.
Para los amigos
mentiras.
Para los clientes
mentiras.

Mentiras gordas o finas,
firmes o tiernas -juramentos, besos-;
vivas -cual sangre fresca-;
sabias, agradecidas.
Trolas y patrañas.
Medias mentiras.

Y mentiras históricas
que hoy achacamos a los mentirosos bisabuelos.
Mentiras literarias
-en cada verso, dos mentiras-.
Mentiras metafísicas
-el ser y el tiempo ¡rediez !-.
Mentiras técnicas, científicas:
cifras que se vuelven máquinas
y máquinas que mienten
cual leyendas locas.

Y mentiras de fe,
que son la triste gran misericordia
del cielo para los sufrientes
y míseros de la tierra;
altas mentiras fabulosas
que un día, no sé cómo,
dicen, serán certezas
(gracias, Señor, por adelantado,
a cuenta sin garantías,
por si así fuese.
¡Amén, amén, Señor!
Señor, ¿oyes el grito?

¡Para que la muerte, al rematarnos, mienta!)


Pere Quart (Joan Oliver)
De "Vacaciones pagadas" 1959
Versión de José Batlló

Ausencia

Apenas te he dejado,
vas en mí, cristalina
o temblorosa,
o inquieta, herida por mí mismo
o colmada de amor, como cuando tus ojos
se cierran sobre el don de la vida
que sin cesar te entrego.

Amor mío
nos hemos encontrado
sedientos y nos hemos
bebido toda el agua y la sangre,
nos encontramos
con hambre
y nos mordimos
como el fuego muerde,
dejándonos heridas.

Pero espérame,
guárdame tu dulzura.
Yo te daré también
una rosa.


Pablo Neruda

La pequeña durmiente

No es que el mundo esté bien: es que no existe.
No hay nada alrededor:
sólo tu sueño.
Nada tiene más ley que tu abandono,
tu suave abjuración ,
la dulce apostasía que te ausenta.
No hemos fundado el mundo: nunca cambia.
Pero este cuadro es nuevo
-padre e hija-,
porque sólo el amor es diferente,
sin por ello dejar de ser lo mismo.
El anchuroso mundo, que no importa,
gravita en torno a ti: lo has imantado,
y vive irreprochable hacia tu brújula.
Lo innúmero se rinde a tu unidad sencilla.
Durmiente flor desnuda en mis palabras,
adormidera de los desencantos,
prístina amapola pálida.

Carlos Marzal
De "Metales Pesados"

A ti sólo se llega

A ti sólo se llega
por ti. Te espero.

Yo sí que sé dónde estoy,
mi ciudad, la calle, el nombre
por el que todos me llaman.
Pero no sé dónde estuve
contigo.
Allí me llevaste tú.

¿Como
iba a aprender el camino
si yo no miraba a nada
más que a ti,
si el camino era tu andar,
y el final
fue cuando tú te paraste?
¿Que más podía haber ya
que tú ofrecida, mirándome?

Pero ahorae,
¡qué desterrado, qué ausente
es estar donde uno está!
Espero, pasan los trenes,
los azares, las miradas.
Me llevarían adonde
nunca he estado. Pero yo
no quiero los cielos nuevos.
Yo quiero estar donde estuve.
Contigo, volver.
¡Qué novedad tan immensa
eso, volver otra vez,
repetir lo nunca igual
de aquel asombro infinito!

Y mientras no vengas tú
yo me quedaré en la orilla
de los vuelos, de los sueños,
de las estelas, inmovíl.
Porque sé que adonde estuve
ni alas, ni ruedas, ni velas
llevan.
Todas van extraviadas.
Porque sé que adonde estuve
sólo
se va contigo, por ti.

Pedro Salinas

Como en un libro abierto...

Como en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo.
¿A qué fingir el labio
risas que se desmienten con los ojos?
¡Llora! No te avergüences
de confesar que me quisiste un poco.
¡Llora! Nadie nos mira.
Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.


Gustavo Adolfo Becquer

Serenamente

Serenamente digo:
"Empiezo." La mañana
se desnuda. Testigo
único, la campana.

Su son, su son lejano
me salva, me convoca.
Plenitud del verano:
la flor sobre la roca.

Cielo malva, luz pura.
El agua se despeña.
Arriba, una figura
-memoria, tiempo- sueña.

La palabra no brota
de los labios. Asombro.
Una mirada -¿rota?-
dice lo que no nombro.

Empiezo. Lento, vuelvo
la página. Y escribo.
Y en la tinta me absuelvo
y me condeno. Y vivo.

Carlos Murciano
Del libro "Este claro silencio"

Bahía

¿Cómo comer sin ti, sin la piadosa
costumbre de tus alas
que refrescan el aire y renuevan la luz?

Sin ti, ni el pan ni el vino,
ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso
color de la mañana
tienen ningún sentido ni para nada sirven.

Allá fuera está el mar,
allá fuera, en el mundo, estás tú.
Comiendo tú sin mí:
tu hambre, tu pan, tu vino y tu mañana.

Yo aquí, ante los manteles opacos
y la bebida amarga,
ante platos sin sabor ni colores.

Lo intento, sí, lo intento, pero cómo
comer sin ti, ni para qué...
Tú te has llevado tu olor a bosque
y el gusto de la vida.

Fuera están mar y aire.
Dentro, yo solo frente a la mesa puesta
que ha perdido su voz y su alegría.

Antonio Gala

la ausente

Emigran los pájaros
pero se quedan
el árbol y el tiempo.

Tengo miedo.

Hay mucha trampa
y poca luz
en el recuerdo.

Tengo miedo.

Qué pena, amor,
que tu presencia
dependa tanto de tu cuerpo.

Eduardo Mitre
De "Líneas de Otoño"

Estabamos ahi, detras del seto

estábamos ahí detrás del seto
hendidos a buril en la espesura

estábamos ahí abrazados e inmóviles
a salvo de los perros de la casa

estábamos ahí
como piedras talladas por el canto del búho
como agua detenida por el canto del liquen
como raíz medicinal que aguardase a una enferma

estábamos ahí tras los arbustos
a salvo del bullicio feliz de las palabras
lo que dices de mí lo que digo de ti
las palabras que dicen
pon la cena el columpio chirría que se laven las manos
he encontrado ese vino que te gusta


estábamos ahí
sin las palabras
hundidos en la noche como huella en el barro
abrazados e inmóviles como el rayo en el tronco
a salvo del Estar y del Ahí
perros que muerden al extraño que salta el muro de la casa

estábamos ahí detrás del seto
como un poco de lluvia secándose en la cuerda de la ropa
besándonos despacio para parar el río
buscándonos despacio viviéndonos despacio
para parar el hielo y el deshielo
para parar las nubes y las águilas
para entrar muy despacio al cuarto donde duermen las
                       preguntas
para salir del tiempo sin salir de nosotros

estábamos ahí
sin arcos de palabras sin flechas de palabras
desarmados y solos como el óxido que baja por la verja
sin cepos de palabras sin lazos de palabras
sin tirachinas de palabras
abrazados e inmóviles como briznas de un nido
como una mariposa en el cuerno de un toro
como un cadete muerto en su trinchera
a salvo del Decir y del Nosotros
emboscados y tristes
lamiéndonos despacio desde nunca hacia nunca
pulsándonos despacio como a un violín los cambios de
                       humedad
cerrándonos despacio las madrigueras del deseo
mientras ladran los canes y olfatean
mientras ladra el Decir ladra el Nosotros
mientras ladran a coro las palabras
lo que dices de mí lo que digo de ti

ayúdame a peinarme la leche no está fresca
gracias por el jersey gracias por tu sonrisa
hoy te toca fregar ya mí las camas
ayer no te acordaste de recoger las fotos
se han mustiado las rosas pero no los geranios


estábamos ahí
sembrándonos semillas de dedos y de bocas
la pepita el carozo las costillas los tarsos
sembrándonos el árbol de los huesos
arrojando caricias como grano en el surco
arándonos a espalda de los bueyes pesados del espíritu

estábamos ahí detrás del seto
no en silencio pues éste mana de las palabras
cercados por hurones por babosas
por pistilos y abejas por el viento y un trozo de papel
no en silencio pues éste se calla en las palabras
el silencio se calla dentro de las palabras
a salvo del Estar y del Ahí
que se llenan la panza con todas tus palabras y las mías
palabras como pienso que trituran sus dientes
montones de palabras que les mantienen vivos y excitados
palabras recogidas en platos de silencio
que les hacen saltar mancharte con sus patas aullar a los
                             de afuera
palabras que alimentan la exclusión

estábamos ahí tras los arbustos
como tréboles setas coccinelas
como asteroides recién precipitados del olvido
como el tallo espinoso de la nada
como torpes alumnos del sauce y la colina
como luz rebotando de tu cuerpo a mi cuerpo de pared a
                        pared
quitándonos despacio los ladrillos
quitándonos ladrillos uno al otro para poner un claro del
bosque entre los dos
atesorando fórmulas para el tiempo del caos

estábamos ahí
esculpiendo la luz en la espesura

estábamps ahí detrás del seto
como ladrones sin pasado
ladrones sin más plan que no ser atrapados por la Historia
ladrones con las manos vacías de vacío
ladrones sin ganzúas sin linternas sin guantes sin
                    cronómetros
sin pólvora futura ni el cortafrío del presente
ladrones sin sintaxis ni pistolas
plantados en un robo como en una maceta
plantados en el plano de una casa como alfileres en un
                     corcho
plantados en el antes y el después como una jabalina
                     lanzada contra un ñu

estábamos ahí
soldados a la noche como planchas de un barco a la deriva
sorbiéndonos y siendo sorbidos por los líquidos
fantasma naufragando en un fantasma

estábamos ahí
entre el bosque y la casa
tras un seto
a salvo del Decir que rompe el espinazo de los gatos
a salvo del Estar que acorrala a los topos
a salvo del Nosotros que acecha a los gorriones
a salvo del Ahí que gruñe al visitante
a salvo del desfile de palabras que aplastan tulipanes y
                       magnolias
lo que dices de mí lo que digo de ti
barnizar las persianas me llevará una tarde por lo menos
el paquete de harina me recuerda a tu amigo
me esconderé en el gel cuando te duches
te vi en mi pesadilla con treinta y dos cabezas de lechuga
haz copia de esta llave haz copia de tu lengua


estábamos ahí
abrazados e inmóviles como raíles a la tierra
como una copa al agua que derrama
desmigajados como para un cuervo
desorientados como la brújula prendida de un imán
abrazados e inmóviles como el humo y los troncos
como el mirlo y sus trinos
como el tren y el temblor y el pasajero

estábamos ahí detrás de los arbustos
no escuchando las risas ni los discos ni los coches
frenando al llegar a la curva
no mirando los globos de colores
no oliendo las galletas horneándose
a salvo del Nosotros anfitrión de una fiesta
a salvo del Decir malabarista
a salvo del Estar que sirve canapés
a salvo del Ahí que guarda los abrigos
abrazados e inmóviles como nutrias de agua
como milanos de aire
como arcilla en la piel del alfarero
no sintiendo el relente que empapa las hamacas y los
                 toldos y riza los cabellos de los que bailan en el
                 porche
no atendiendo al silencio de todas las palabras
lo que dices de mí lo que digo de ti
nos vamos a tu casa. lo siento eres mi tipo. pues más a
                mi favor. es que jamás me acuesto con hombres
                que me gustan estropea las cosas cuando todo
                termina, estoy a tiempo aún de no gustarte si me
                das media hora, es tarde para el tiempo y es tarde
                para ti ya me gustas muchísimo. soy horrible lo
                 juro.

para mí una ginebra yo seguiré con blanco
me han hablado de ti me han dicho que eres dulce y
               optimista
el dinero ya sabes sólo sirve a la nada mientras más menos
               eres
he dejado a las niñas con mi primo

estábamos ahí
abrazados e inmóviles
inocupados como los bancos de una plaza un día de tormenta
desiertos como el iris de un cervatillo muerto
desposeídos como una cantera de reptiles
inobservados como las tejas de una torre
a salvo del Abrazo y de lo Inmóvil
esos perros rabiosos que atacan a sus dueños
a salvo del Abrazo que le ofrece tus ojos a los pulpos
cuando intentas salvar al que se ahoga
a salvo de lo Inmóvil que transforma este punto en una
                    cárcel

estábamos ahí
entre el bosque y la casa
dilucidados por el canto de un bosque y una casa
dilucidados por el humus las brácteas las mantis
                    religiosas
dilucidados por el canto de ventanas y puertas
abiertos al sentido abiertos los sentidos
penetrando en lo otro que no es otro
cayendo hacia lo otro desde un puente pintado sobre el
                    agua
cruzando a la otra orilla sobre balsa de espejos
dilucidados por el canto que salva de lo Otro
dilucidados por el canto que nos salva del Entre

estábamos ahí tras los arbustos
ausentes de la punta de una lanza que viaja por nosotros
                    como un escarabajo por el hueco de un árbol
la punta de una lanza que no gobierna ya ni el asa ni la
                    elíptica de un tiro
la punta de una lanza que abreva en el hilillo de una
                    sangre inmóvil y abrazada a nuestras bocas
ausentes del galápago que desova en la playa del silencio
ausentes de las fresas y del muérdago
más allá del Decir y del Nosotros
esas ratas que rompen los huevos del galápago
más allá del Estar y del Ahí
ese tifón que arrasa las playas y la ausencia
más allá de las fresas comparadas con labios y más allá
                     del muérdago que desvela los símbolos
ausentes y presentes como el cielo reflejado en un lago
lo que dices de mí lo que digo de ti
le pondría una pizca de salvia y de tomillo
el dolor no me sirve para entender los nardos
esa novela es buena pero mejor que la olvidemos
no descuides tu tierna hipocresía cuando te lo presente


estábamos ahí
hendidos a buril en la espesura
hendidos a buril por el vacío
una fragua encendida en la espesura
un taller de escultor con lascas de vacío
dos cuerpos que se cruzan en la fronda como huenas de
                   zorro con huenas de gineta
cuerpos que en vez de manos tienen cambios de agujas
cuerpos que en vez de cuerpos son minas de antracita
hendidos muy despacio con golpes de vacío
borrados por el canto del murete por el canto de la
cancela por el canto del chumbo
cuerpos o vagonetas herrados al vacío
cuerpos para una estatua del vacío

estábamos ahí
barriendo la hojarasca de nuestro Corazón con la escoba
                      del cuerpo
barriendo la hojarasca de los músculos con movimientos
                      limpios de cadera
barriendo la hojarasca del antes y el después para
                      quemarla ahora en nuestro sexo
desocultados como un salto de jaguar hacia una iguana pero
                      ocultados como iguana en una poza
desocultados y ocultados como la palabra en el canto

estábamos ahí tras los arbustos
velando nuestro estar dormidos como espigas dormidos como
                      calabazas dormidos como peras en un árbol
velando la respiración de la cosa en la cosa y del cuerpo
                      en el cuerpo
velando el transcurrir del tiempo deteniéndose en el
                      tiempo
atentos al hidrógeno que avanza por la savia como una
                      bicicleta que colgada de un gancho escala su pared
                      sin miedo al precipicio
atentos al arroz que avanza por el humedal como el cielo
                      recorre una cometa enredada en los cables de la luz
cuidando las raíces de la noche las raíces que sanan a la
                      enferma

estábamos ahí detrás del seto
anadeando en el estanque de los muslos
a salvo del Decir y del Nosotros
lo que dices de mí lo que digo de ti
me sentiré culpable de nuestro apocalipsis
atrácala a la carta. sitar gratis. sé de crema mercedes.
                       reconocer. radar
la tenía en mis menos y la echaba de manos
las alarmas no sirven si es un profesional el que te besa
tanto pan de centeno y luego los bombones
y bájame la cremallera sin exiliar tu boca de mi nuca sin
                       que levante el vuelo tu mano del pezón sin que
                       abandone el monte de mis nalgas tu cintura rebelde
                       alzada en armas
si la amnesia es un don sé entonces mi accidente
crocanti y leche condensada una hora a fuego lento y está
                       listo

estábamos ahí tras los arbustos
orinados por hadas y unicornios
orinados por la velocidad por la imaginación por las
                       metáforas
empapados de olor pero inmutables como el musgo o la
                       esquina como el tocón o el grifo que surte a la
                       manguera
manchados con la orina del lenguaje
orinados por todas las palabras que después de aliviarse
                       se olvidan de nosotros
manchados de silencio
manchados por las heces de la nada
orinados por gnomos y por sílfides por hidras y por
                       monstruos
orinados por máscaras y voces
orinados por Ti y por Mí por el Entre y el Ser por Ahora y
                       por Nunca

estábamos ahí
desmigajados como para un pez

estábamos ahí detrás del seto
viéndonos despacio para burlar la Vida
urmiendo a las preguntas para salir del tiempo sin salir
                      de nosotros
estábamos ahí tras los arbustos
desgajados de todas las palabras
lo que dices de mí lo que digo de ti
mejor llévate un chal si te vas a la guerra
otro avión se ha estrellado
tantos mueren de sed y nosotros piscinas y piscinas
minas antipersona en la concienda
un solo mandamiento es necesario no usarás ya más
                        pronombres posesivos


estábamos ahí
detrás de los arbustos
o tras el seto
abrazados e inmóviles
como raíz medicinal en manos de una enferma
a salvo de los perros de la casa
esperando
esperando
esperando el poema
 

Lo que dices de mi , me obliga a contestarte

Lo que dices de mí me obliga a contestarte,
lo que digo de ti te obliga a contestarme:
de tanto tú venir hasta mi casa,
de tanto yo acudir hasta la tuya
se va abriendo un camino.
* * *
Se va abriendo un camino
que recoge tus huellas y las mías
y las cura y las mima y les da de comer
y cuando ya están fuertes y seguras de sí
las lleva a la espe
Se va abriendo un camino que nos anda
y dice lo que dices y dice lo que digo.
* * *
Y cada vez son más: un millón de caminos
(un millón de palabras, un millón de silencios),
el mapa de una historia que al vivirla nos vive.
* * *
Un mapa que exploramos para que nos explore:
dos territorios anchos como el cielo y la tierra
que se buscan, se abrazan, se respiran,
se logran vehementes, se confunden,
se duermen enlazados.
* * *
Un mapa que estudiamos para que nos estudie
(piratas codiciosos interpretando signos)
poeque ambos escondemos un tesoro
que el otro ansía tanto descubrir.
* * *
Lo que dices de mí
                                 es un collar de huellas,
y un vestido de huellas, y un cinturón de huellas,
y pendientes de huellas, y sandalias de huellas.
* * *
Lo que dices de mí
                                  es un reloj de huellas
que al consultarlo anuncia
la hora en punto de la eternidad.
* * *
Lo que dices de mí me lleva a la espesura
y me abandona; luego
me canta una canción para orientarme
y canta otra canción para ahuyentar las fieras.
Yo me embarco en su voz hasta que fluye
bajo mis pies un río que me deja a su lado.
* * *
Cuando una huella vuelve como río al camino
que la hab{ia llevado a la espesura
ya no es ella la alumna que temblaba.
Ahora ya es más sabia que el camino
y le ayuda a aprender esta lección:
cómo ir por el mundo
sin pagar el peaje de unas huellas.
* * *
Lo que dices de mí
son monedas de huellas que debo devolverte
como mar, como río, como lluvia,
como dardo de agua estallando en tu boca,
como dardo de lágrimas acertando en tu boca,
como dardo de nieve acallando tu boca.
* * *
De tu casa a la mía hay un camino:
si lo miras atento es el de siempre,
si lo miras atento y además
permites que el camino te observe atentamente
cada día es distinto.
* * *
Quien le venda los ojos al camino
que va desde su casa a otra casa cualquiera
queda a merced del zombi,
a merced de las zanjas de la muerte
(Que convierten entonces el camino
en trincheras, en tumbas, en túneles, en trampas).
* * *
Lo que dices de mí
le abre los ojos al camino
que va desde tu casa hasta mi casa.
* * *
Lo que dices de mí me lleva a donde estás
(una parte de mí que se queda conmigo,
otra parte de mí que se marcha a tu lado)
y me aloja en su casa y me llena de huellas
que un río fugitivo borrará turbulento.
* * *
Lo que dices de mí
pone un mapa en mis manos,
me empuja con dulzura
y me pone en camino en un camino.

Lo que dices de mi

Lo que dices de mí
me posee a horcajadas detrás de unos arbustos.

Lo que dices de mí
me aprieta la cintura en medio del océano.

Lo que dices de mí
me araña de los muslos a la nuca
mientras un elefante nos transporta en la selva.

Lo que dices de mí
me tira de los pelos en un piso catorce.

Lo que dices de mí
me saliva la oreja en un vagón.

Lo que dices de mí
me embadurna de aceites aromáticos
dentro de un telescopio enfocado a Saturno.

Lo que dices de mí
mordisquea mi sexo en la estela de un barco.

Lo que dices de mí
jadea en una mesa de un albergue.

Lo que dices de mí
se bebe mi sudor en la calle más céntrica
(en el escaparate de una agencia de viajes).

Lo que dices de mí
tapona con su lengua mi ombligo en una tundra.

Lo que dices de mí
se toca los pezones más allá del espejo.

Lo que dices de mí
dilata su vagina en el arcén
de una autopista en obras.

Lo que dices de mí
grita en un diccionario abierto por la «p».

Lo que dices de mí
se arquea hasta romperse en una alcantarilla.

Lo que dices de mí
me eriza en una lámpara.

Lo que dices de mí
me da masajes rápidos y suaves
en la fuente de un río.

Lo que dices de mí
te besa las axilas en el filo de un hacha.

Lo que dices de mí
acaricia tu pubis en una enredadera.

Lo que dices de mí
desoculta tu clítoris en un alto trapecio.

Lo que dices de mí
me gira y me retuerce en un vaso de vino.

Lo que dices de mí
me amorata en un puerto
asolado después de un maremoto.

Lo que dices de mí
olfatea mi semen dentro de un espejismo.

Lo que dices de mí
se pellizca la piel en un frutero.

Lo que dices de mí
pone un índice mío detrás y otro delante
en un viejo astrolabio.

Lo que dices de mí
pierde el conocimiento en un poema.

Algo dice de mi

Algo dice de mí
la labor del orfebre,
el arcoiris doble, los anzuelos,
las diecisiete formas que tiene el esquimal de nombrar
                 a la nieve y el tibetano a la conciencia,
los pechos comparados con cúpulas o cántaros,
la barra de los bares, las películas,
los cables de la luz parcelando el paisaje,
las etimologías inventadas,
la tala de las selvas, las bombas nucleares,
la estupidez, el odio, la mentira,
el mal gusto, el dolor, las equivocaciones,
las hambrunas, las guerras,
el asombro, el camino, la retama,
la piedad, la emoción, la fiebre de un bebé,
el aguardiente, el sol, la desmemoria,
los delfines, el saxo.

(Algo dice de mí cada ser, cada cosa
que ocurre, todo dice
un aspecto de mí
                                   y lo señala,
y quiere despertarlo y que yo aprenda
a llegar hasta el nido donde incuba sus ojos,
y me invita a probarme
                                                        esos ojos,
a mirar de otro modo lo que soy.)
Algo dice de mí
el ruido, el brutal ruido
que hace casi imposible escuchar lo que dicen
de mí las cataratas o el silencio.

Novedades Editoriales

La editorial Visor, por fin, despues de un par de correos ( el primero para la feria del libro),  nos ha incluido en su lista de envios para comunicarnos sus novedades.
Personalmente Visor es mi editorial preferida y en las estanterias de mi casa, el negro de su coleccion Visor de Poesia predomina.

Empezare con las reseñas de los libros y colecciones que me parezcan mas interesantes, aunque solo las reseñas de coleccion y precio ,  porque aun no somos lo suficientemente importantes para que nos hagan llegar documentacion mas extensa y fragmentos de las obras.

Pero todo se andara y quien sabe si nos comenzaran a llegar invitaciones a presentaciones y demas. Suficientemente agradecido estoy  por que se acuerden de nosotros en su lista de correos.

Y ya puestos, aqui van algunas de sus propuestas:

Como no, Joan Margarit  es el principal protagonista de lso lanzamientos ya sea con nuevos lanzamientos como la Antologia Personal del Autor en la coleccion De viva voz con el numero 22.
Esta coleccion nos regala junto a una edicion aceptable en formato libro, un cd con los versos en la palabra del autor. Un ejercicio sorprendente el empaparte de un autor y luego descubrir elo que tu lees y rellees con otras entonaciones, las de su creador.
Francamente un Acercamiento muy recomendable al Premio Nacional de Poesia del 2008. El Precio 14 euros.


Dentro de Visor Literario Se publica "Siete manera de decir Manzana" de Benjamin Prado. Visor literario se destaca por una cuidadisima edicion y esta de la obra que publicó en Alfaguara (Estos no mandan na y tienen mucha pasta) en el 2000, lo es.7


A LA SOMBRA DE UN ÁNGEL

Vino el que yo quería,
el que yo llamaba.


No aquel que barre cielos sin defensas,
luceros sin cabañas,
lunas sin patria,
nieves.

Nieves de ésas caídas de una mano,
un nombre,
un sueño,
una frente.

No aquel que a sus cabellos
ató la muerte.

El que yo quería.
Me gustaaaaaa. Asi que una oferta muy recomendable para gastaros esos diez euritos que habeis ahorrado por esto de la crisis.

Proximamente mas, si nos siguen mandando informacion.

lo que veo pasar me ve pasar

Lo que veo pasar me ve pasar
y por eso estoy vivo.
Lo que veo
detenido me ve quedarme quieto
y por eso no muero.
En mis ojos,
los ojos de los árboles y el río
se miran para ser y darme el ser.
No espejos sino luz.
No parentesco
o relación sino lo mismo.
No
el tiempo desplegándose despacio
para extender su red
sino la araña
devorando a la araña para hacerse
tan grande como el tiempo y devorarle.

Lo que veo pasar me deja ciego
y por eso estoy vivo.
Lo que veo
detenido me aparta de mis ojos
y por eso no muero.
!Sigo aqui!

Lo que dices de mi


Lo que dices de mí:
un extraño camino que nunca he recorrido,
un camino que enlosan tus palabras
y que si miras bien se corresponde
con una de las líneas de tu mano.


Lo que dices de mí
                                 eres tú misma,
eres tú de repente bifurcada,
una parte de ti que se queda a tu lado,
otra parte de ti que se viene conmigo.


Lo que dices de mí va borrando mis huellas

Lo que dices de mí me prepara emboscadas.

Lo que dices de mí
es saliva y es tierra que amasas para darme

figura de caballo, figura de montículo,
figura de lunar, figura de tu espalda,
figura de cualquiera de mis dedos
cerrando uno por uno todos tus orificios

(más saliva y más tierra que coges para darme
figura de cabaña, figura de murciélago.

Lo que dices de mí
es mentira que acierta a decir la verdad.


Lo que dices de mí
se acuesta junto a mí donde estaré,
se acuesta junto a un hueco que llama por mi nombre
y al que besa y aplasta hasta que nazco.

Lo que dices de mí
es telaraña, es red, pero tú no las tensas,
pero nadie las tensa pues nadie está al acecho,
es red, es telaraña frenando una caída
que no se ha producido.


Lo que dices de mí me desconoce
del modo más perfecto imaginable
,
me desconoce más que el desconocimiento
que me tienen las vetas de una mina,
que me tienen los kraken,
que me tienen las aguas cenagosas,
que me tienen los cientos de tejados
que guarda el huracán en su gruta secreta.

Lo que dices de mí se va probando mundos.

Lo que dices de mí me multiplica.

Lo que dices de mí estira mis pulmones,
catapulta mis ojos,
despierta a los caimanes de mi sangre.

Lo que dices de mí me acelera y me vuelve
más lento.

Lo que dices de mí no lo dices de mí,
no lo dices siquiera, no soy yo,
es raíces de un árbol cuya fruta
se deshace en tu boca y la refresca,
es un malentendido que tu voz
provoca en nuestro sexo


(el fosfeno y la noche es lo que dices
cuando dices de mí no importa lo que digas.)

Lo que dices de mí no son tus opiniones,
es el dulce apagón de la conciencia,
es la locuacidad de lo que existe,
es un puente colgante entre nosotros,
son ardillas que roen las cuerdas de ese puente,
son cáscaras de nueces, un arca abandonada,
maderos embreados que alimentan el fuego
de un náufrago asustado.

Lo que dices de mí
                                  es estaca que busca
con avidez al ávido corazón de ese muerto
que ronda mis castillos y se duerme en sus sótanos,
ese muerto no muerto que llamamos amor.

Lo que dices de mí no necesita
de mí para encontrarme.


Lo que dices de mí no se viene conmigo
a menos que yo firme una página en blanco.

Lo que dices de mí lo dices simplemente
con estar en el mundo, lo dice tu deseo,
esa energía pura que hace pasar las nubes.

Lo que dices de mí
                                  obliga al horizonte
a tenderse a tus pies y lamerte sumiso.


Lo que dices de mí se escribe en las paredes
con tizones calientes de tus muslos.


Lo que dices de mí
es la jaula y el mapa
en el acto preciso de aprender
a vendarse los ojos y saltar al vacío.

Lo que dices de mí me pone en marcha,
un loco mecanismo
de huesos astillados como sables
que va retando a duelo a todos los que dicen
que nunca has dicho nada de mí, que estás callada,
que un mutismo feroz te ha comido la lengua.

Lo que dices de mí
                                  es manada de lobos
hambrientos y atrapados en páramos nevados,
lobos que se devoran entre aullidos
mientras hila la luna bufandas para el No.

Lo que dices de mí me traduce a un idioma
que aún no conocemos.


Lo que dices de mí me resucita.

Lo que dices de mí:
una orquesta sonámbula
de músicos que tocan concentrados
y miran sin rencor sus partituras
mientras todo el pasaje
ya abarrota los botes salvavidas.

Lo que dices de mí me deja solo.
Los proximos dias los voy a dedicar a mostraros a uno de mis ultimos y mas gratos descubrimientos, JESUS AGUADO
Lo que mas me ha llamado la atencion de este autor es su coherencia poetica, su capacidad para vestirse de la sensibilidad que se me acerca, que me roza a veces y cabalga con palabras, con loas y amores disfrazados de reproches. Espero que os gusten y os sorprendan tanto como a mi.
 

Hay Ventanas que pueden habitarse



Hay ventanas que pueden habitarse
como se habita una ciudad, durante años.
Hay escenas que encienden una vida
y vidas
que encienden una muerte mientras duran.

Tan sólo fue un instante.
Después
aquella imagen fue quedándose atrás
y tuve la certeza
de que ella misma había consentido en su muerte.

El sacrificio es siempre una forma de venganza.
En la noche anterior
él le había prometido llevarla a ver el mar.

La ventanilla de un tren
puede llegar a contener el mundo en un instante.

Después de golpearla
ella cayó de rodillas ante él,
mientras él la miraba
y su mano homicida se abría sin querer
y la piedra sangraba,
se dejaba caer,
se despeñaba talud abajo.

Me pregunto cómo se conocieron.
En dónde enamoraron.
Si ella sabía coser.
Si habría criaturas esperándola.

No pude decir nada.
Asistir al fragmento de la vida de otros.
Sentir la medianía de un cuerpo malogrado.
Ver cómo me alejaba
y mi ojos sin tiempo
querían estirarse, detenerse,
comprender.

El tren seguía su curso.

(Un hombre solo que planea una muerte en campo abierto.
Alguien que casualmente miraba en ese instante por la ventanilla de un tren
y lo contempla. Eso es todo.)


Rosana Acquaroni, Madrileña nacida en 1964, Filologa, profesora de castellano para extranjeros en la Complutense y creadora de gran cantidad de material didactico. A pesar de este mundo de dedicacion aun asi ha tenido tiempo apra regalarnos varios libros de poesia en lso que encontramos joyas como esta. A disfrutar señores.

NO ME ARREPIENTO DE NADA

Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.

Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,
me inspiran.
Reniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
bajo la planchada y almidonada ropa interior.

Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
levantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
ser la "niña buena", la "mujer decente"
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.

En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-
transgrediendo maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.

Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
e hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina-
y rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.

No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.

Gioconda Belli.
El ojo de la mujer

(Antología, 1991)

Pienso mesa y digo silla

Pienso mesa y digo silla,
compro pan y me lo dejo,
lo que aprendo se me olvida,
lo que pasa es que te quiero.
La trilla lo dice todo;
y el mendigo en el alero,
el pez vuela por la sala,
el toro sopla en el ruedo.
Entre Santander y Asturias
pasa un río, pasa un ciervo,
pasa un rebaño de santas,
pasa un peso.
Entre mi sangre y el llanto
hay un puente muy pequeño,
y por él no pasa nada,
lo que pasa es que te quiero.

Gloria Fuertes

TODAVÍA HAY GENTE QUE AL VIENTO LE LLAMA CÉFIRO...

Todavía hay gente que al viento le llama céfiro,
y hay quien a lo cursi lo llama poesía,
y a la Poesía, locura.
Todavía hay quien canta a la luna.
¡Yo canto a los hombres de la luna!
A los arrabales de la luna,
a los ríos de leche de la luna;
pero todavía hay gente que se asusta,
se asusta cuando una mujer se pone las botas
para pisar mejor el barro,
se asustan porque somos listos,
porque Dios está con nosotros;
ven que nos quemamos y no comprenden las llamas;
porque componemos canciones previsoras
y al avisar gritamos;
porque en nuestros versos
no hablamos de lo que siempre se habló en los versos:
las olas, la boca, los pájaros.
¿Quien dice que en nuestros versos no hay pájaros?
¿Qué son estos gritos si no aves heridas?
No amar lo caduco, lo seco, lo blando.
¡Los poetas amamos a la sangre!
A la sangre encerrada en la botella del cuerpo,
no a la sangre derramada por los campos,
ni a la sangre derramada por los celos,
por los jueces,
por los guerreros;
amamos a la sangre derramada en el cuerpo,
a la sangre feliz que ríe por las venas,
a la sangre que baila cuando damos un beso.
Cantamos al amor.
A lo fresco.
A lo puro.
¡Estamos hartos de cuentos!
¡Y que aprendan los ñoños que el viento es el viento!
Y que cuando se ama, se ama,
y que sólo es pecado el mal comportamiento.

Gloria Fuertes

No quiero pensamientos,
ni ilusiones,
ni sueños, ni poemas.

No quiero imaginar,
ni desear,
ni hablar dormida,
ni soñar despierta.

No quiero beber versos,
comer letras,
no quiero respirar
ensoñaciones.
No quiero estar tan lejos
y tan cerca.


Sólo quiero,
mi amor,
hora y media de certeza.

Esperanza Medina
(de Escrito con la a...)

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"He aquí que el silencio fue integrado
por el total de la palabra humana,
y no hablar es morir entre los seres:
se hace lenguaje hasta la cabellera,
habla la boca sin mover los labios,
los ojos de repente son palabras...

...Yo tomo la palabra y la recorro
como si fuera sólo forma humana,
me embelesan sus líneas
y navego en cada resonancia del idioma..."

Pablo Neruda
(Chile, 1904 -1973)

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