Si acaso un día se extinguiese
definitivamente
este murmullo débil que es mi voz,
debería aprender a nombrar de nuevo
todo aquello que me importa.
He comenzado a ensayar,
ya mis manos se colocan como deben
para decir bosque, tierra, casa;
durmiendo repiten hijo y eternidad;
nombrarte a ti es fácil,
te pienso y mi piel te llama...
definitivamente
este murmullo débil que es mi voz,
debería aprender a nombrar de nuevo
todo aquello que me importa.
He comenzado a ensayar,
ya mis manos se colocan como deben
para decir bosque, tierra, casa;
durmiendo repiten hijo y eternidad;
nombrarte a ti es fácil,
te pienso y mi piel te llama...
Para llorar, reír y amar
afortunadamente,
no hacen falta las palabras.
afortunadamente,
no hacen falta las palabras.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Tus palabras son bien recibidas, ¡gracias!