HORROR VACUI
Y si esa sed inmensa se saciase de pronto,
si finísima arena de desiertos terribles
me inundase, silente y despaciosa,
colmando grano a grano mi garganta y mi lengua
en balbuceos azarosos,
y si todos mis ojos en el momento justo
comenzasen un día a llorar en seco
y me arañasen
con heridas supurantes de tierra,
sólo de tierra,
si yo me ahogase tanto y tan profundamente,
¿qué sentido entonces en seguir silabeando,
azuzando el espíritu al encuentro precioso
de una sílaba mágica?
¿Por qué no sumergirse
a sortear en las dunas el viento caprichoso de los días?
¿Por qué no morir?
¿Por qué? Si todo se ha colmado…
Habrá que voltear el maleficio de los relojes,
escupir pequeños y certeros perdigones de barro
que mantengan vigilante el ansia,
sacudirse del polvo atenazador
de los días iguales,
y vivir, vivir bebiéndose cada instante
con la ávida premura de saber que nunca,
nunca será suficiente.
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