Huelen a ti las sábanas, amor, y todavía
está tu libro abierto sobre la silla aquella
y hay ropa por el suelo y discos y tabaco.
Huelen a ti las sábanas, y mi cuerpo te busca,
y en ese fingimiento de abrazarte en la almohada
persigo tu recuerdo, el calor de tus brazos.
Huelen a ti las sábanas y quizás en el baño
mi cepillo me espere, húmedo de tu boca,
o toallas mojadas que secaron tu pelo.
Huelen a ti las sábanas; el barrio se despierta.
Hay voces en la calle y luz tras la persiana.
El sol debe estar alto. Qué corta fue la noche.
Poema de Abelardo Linares
está tu libro abierto sobre la silla aquella
y hay ropa por el suelo y discos y tabaco.
Huelen a ti las sábanas, y mi cuerpo te busca,
y en ese fingimiento de abrazarte en la almohada
persigo tu recuerdo, el calor de tus brazos.
Huelen a ti las sábanas y quizás en el baño
mi cepillo me espere, húmedo de tu boca,
o toallas mojadas que secaron tu pelo.
Huelen a ti las sábanas; el barrio se despierta.
Hay voces en la calle y luz tras la persiana.
El sol debe estar alto. Qué corta fue la noche.
Poema de Abelardo Linares
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