El miedo es una potencia cómica.
Me hace temblar en un pasillo
por el que voy dichosamente a tientas
para no despertarlo,
con gracioso patetismo,
abismado en mi cuerpo.
El miedo es el humor de la carne.
Por dentro es una fiebre
de pesadillas sin cuento,
un terror a la vida.
Por fuera es una broma.
Y es un prodigio haberlo perdido:
por la gracia de sentir
que soy ajeno a mí mismo.
Me hace temblar en un pasillo
por el que voy dichosamente a tientas
para no despertarlo,
con gracioso patetismo,
abismado en mi cuerpo.
El miedo es el humor de la carne.
Por dentro es una fiebre
de pesadillas sin cuento,
un terror a la vida.
Por fuera es una broma.
Y es un prodigio haberlo perdido:
por la gracia de sentir
que soy ajeno a mí mismo.
Una de los grandes regalos que me han hecho este año pasado, han sido las poesias reunidas de Leopoldo Alas , publicadas por Visor. Es una lastima que la Prematura muerte de este autor nos haya privado de su madurez poetica y del conocimiento mayoritario de la gente.
Algun dia se reconocerá todo el talento que sus letras reunen.
qué hubo en vosotros de mí, qué nos dimos.
Corre la vida y estáis al pie de otros edificios,
zarandeados, llevados, retenidos en la trama.
Pero decidme si habéis elegido,
si queríais estar donde estáis
y en qué modo se ovilla y desovilla
el hilo que nos guía y que nos ata.
No sé por qué no compartimos las mismas habitaciones
ni comemos en los mismos restaurantes.
Por qué os reproducís.
De qué sirven los destellos que se apagan,
las lunas negras, los días sin huella.
Padres que fueron hijos, hijos que se hacen padres
y niñas que se quedan de pronto embarazadas.
Entenderlo, verlo todo de fuera.
Pero también entrar,
acercarse a las chimeneas de vuestros salones
como el extraño que vino de lejos
y os cuenta cuentos, os gasta bromas,
os dice versos, baila con vosotros,
enseña a jugar a vuestros hijos.
De este modo fuisteis construyendo
la historia que jamás fue nuestra historia.
Y la misma cadena que une vuestros destinos,
a nosotros nos libera:
para contaros cómo fue vuestro tiempo,
qué costumbres teníais, cómo intentabais amaros,
qué aficiones os ocuparon,
qué dudas os asaltaban,
qué palabras os confortaron,
qué silencios os preocupaban.
La historia de vuestra historia
para alumbrar vuestras sombras y arrancar vuestras mentiras.
Cómo fue vuestro tiempo de soledad en compañía
pues de vivirlo tanto, jamás lo comprendisteis.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Tus palabras son bien recibidas, ¡gracias!