Cuando uno ya no tiene fuerzas para escribir, tiene que recordar.
Cuando uno ya no tiene fuerzas para fotografiar,
tiene que ver con los ojos del alma.
Cuando uno ya no tiene fuerzas para leer,
tiene que estar lleno de narraciones.
Cuando uno ya no tiene fuerzas para hablar,
tiene que resonar.
Cuando uno ya no tiene fuerzas para andar, tiene que volar.
Y cuando llegue la hora,
uno tiene que desprenderse de los recuerdos,
de los ojos del alma, dejar de soñar,
callarse y plegar las alas.
Pero pase lo que pase, sigue la narración, sigue.
Poema de Eeva Kilpi
(Lo descubrí en uno de mis blogs favoritos, un blog lleno de tesoros, poesía y arte - Carmen Sabes)
2 comentarios:
Pues la seguiré, gracias por traernos, la poseia y el enlace.
besos
Tiene dos blogs increíbles, toda una fuente de aprendizaje :D
Besoslinda
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