Vendré un atardecer, doblando por el recodo que me coge;
Vendré para encontrarte a solas con tu viejo sueño.
El anochecer arrastrará sus nubes leves pesadamente
pasando frente a tu ventana solitaria.
Me recibirás en tu aposento silencioso y habrá
libros en torno, abandonados en un hondo silencio.
Nos sentaremos uno junto al otro.
Hablaremos de las cosas que se van,
de las que han muerto antes de que las perdamos,
de la amargura de la vida sin sentido, del tedio,
del no esperar que nada se realice,
del desaparecer…
Y poco a poco en la oscura quietud,
se apagarán también nuestras palabras y el postrer pensamiento.
Más la noche acudirá a detenerse en la ventana;
mezclará brisas y aromas y claridad de estrellas
con el gran llamado que Naturaleza exhale,
con tu pecho que el silencio no habrá de proteger.
María Polydouri
1 comentarios:
Esta poesia siempre me dio nostalgia y tristeza.
Siempre llega a mi en los momentos mas señalados de mi vida.
lágrimas o rabia...dolor o alegria...
las personas idealizan el amor
yo siempre tuve la mala costumbre de idealizar la amistad.
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