con la bodega llena de ilusiones,
y de fe y de esperanza, me dirijo
al país del Amor,célebre tierra.
La travesía es lenta, minuciosa
como una operación a vida o muerte,
y si falla el timón, o si la brújula
se estropea, o chocamos con un iceberg,
no habrá supervivientes del naufragio.
Cuándo terminará la singladura
ni el navio lo sabe ni el piloto,
de modo que la estela que trazamos
en el agua podría dispararse
al infinito, o empequeñecerse
y desaparecer en un segundo.
Porque sólo sabemos una cosa,
y es que llegar a ese paraíso remoto
donde dicen que el dios Amor gobierna
no parece objetivo tan sencillo.
Ni aún para nosotros, vida mía,
que tanto presumimos de querernos.
Luis Alberto de Cuenca.
Brillante poema sobre el amor.
ResponderEliminarUltimamente me gustan los que publicais.
Un abrazo