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miércoles, 28 de noviembre de 2007

Agape

Hoy no ha venido nadie a preguntar;

ni me han pedido en esta tarde nada.

No he visto ni una flor de cementerio

en tan alegre procesión de luces.

Perdóname, Señor: qué poco he muerto!

En esta tarde todos, todos pasan

sin preguntarme ni pedirme nada.

Y no sé qué se olvidan y se queda

mal en mis manos, como cosa ajena.

He salido a la puerta,

y me da ganas de gritar a todos:

Si echan de menos algo, aquí se queda!

Porque en todas las tardes de esta vida,

yo no sé con qué puertas dan a un rostro,

y algo ajeno se toma el alma mía.

Hoy no ha venido nadie;

y hoy he muerto qué poco en esta tarde!

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