En Corea del Norte ya se ha acabado el año.
Fuegos artificiales, aclaraban los rótulos en el telediario.
Diciembre, y nos besamos.
Fue la primera fiesta de sus vidas.
Descubrían atónitos
qué forma tiene el cielo.
En el último beso
del primer día juntos
las luces se apagaron.
El último cartucho de pólvora festiva
ya ha explotado, preferirán a ratos
no haber vivido nunca un fin de año
cargado de artificios,
ahora todas las noches les parecen oscuras.
En el amor la pólvora
son gestos entregados
a un miedo que no quema,
si es que la pirotecnia es solo un juego.
Si el aire de la noche nos recuerda
que en el negro no existen los colores
sin un fuego encendido,
vuelve a tomar mi mano,
que el azul se haga rojo,
el amarillo, día
y las noticias traigan la novedad que esperas,
la no verdad paciente.
Paula Bozalongo , poeta, XXIX Premio Hiperion de Poesia.
Precioso
ResponderEliminarMencia¡¡¡¡¡ encantado, que alegria volver a verte.
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