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miércoles, 12 de enero de 2011

PARA GRITAR

PARA GRITAR

Mi madre siempre deseó
una parcela en el campo:
"Descansar
es invertir en calidad de
vida".

Para su último hogar
improvisó un alquiler
de cinco años y flores de
plástico.

La muerte también tiene
fecha de caducidad.

Ha vencido el alquiler
y mi padre le ha comprado
su propia parcela en el campo,
en el pueblo.

La muerte también entiende
de clases.

Vuelven a encontrarse,
por arte del negocio inmobiliario.
Su última cita,
en el paraíso del cementerio municipal:
mi padre asiste al siniestro desnudo
de huesos desordenados.
Y el anillo de matrimonio.

Su esposa, mi madre,
en una paz brutal como nunca tuvo.
Todo en una bolsa de plástico.
Sin más mística:
el espanto en una bolsa de basura.

Mi padre volvió a sentar
a su amante
en el asiento del copiloto.
Con cariño. Con la tragedia
instalada en el volante.
Con arcadas. Con amor.

Depositó la bolsa,
como el que regresa del supermercado,
en la propiedad, orgullo familiar,
en una bolsa de basura
de plástico
de marca.
Tantas bocas viven
de la muerte.

Hasta mi poema vive de la muerte.
Mi ego liba de tu muerte.

Perdóname,
mamá,
has tenido una nieta.


Poema de Eva Vaz

3 comentarios:

  1. Me ha impactado este poema.
    Muchísimo.

    Brutal

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  2. y a mi me viene al trabajo el cobrador de lso muertos y me dice que tengo derecho a un ataud forrado.

    joder que dia mas tetrico

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  3. Bonito poema Ana y como tu dices, impacta mucho.

    Me agrego para seguir vuestro blog y si no tenéis inconveniente en que pongamos un link de enlace de nuestros blogs me lo indicáis. Pndría yo un enlace en mi blog al vuestro y vosotros el mío.

    Besos

    ResponderEliminar

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