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jueves, 23 de septiembre de 2010

Por un poco de olvido

Si supieras el precio que estoy pagando por un poco de olvido.
Ni te imaginas lo que me cuesta abandonarte
en la cuneta de mi vida
y seguir el camino careciendo de tí,
dejando atrás días, noches, caricias y miradas,
silencios que me herían
y palabras que no me consolaban.

Si supieras el precio que estoy pagando por un poco de olvido.

Ni te imaginas de qué forma te busco,
con qué avaricia de perro abandonado
olfateo tu rastro por rumores de hotel,
en las playas de moda,
sobre las dunas de todos los desiertos que me habitan
desde que tú dijiste aquella tarde:
"lo siento, es necesario que me olvides".

Ni te imaginas de qué forma te busco.

Si supieras que en el fondo
yo sé que esta lucha es inútil,
que el precio es demasiado alto
y que en ninguna tienda
se vende olvido a plazos.

Me estoy quemando en este intento
pero no pienso volver a la monotonía atroz
de los reproches mutuos
ni al dulce aburrimiento cotidiano.

Si supieras lo que ocurre en el fondo.

Ni te imaginas la clase de alimaña
que aun quiero ser en tu cuello.
Ni te imaginas cómo te imagino
ni qué pienso cada noche que pasa
sin tener noticias tuyas.

Si supieras de qué forma te maldigo,
como te odio,
cuánto te echo de menos.


Poema de Andrés Aberasturi


martes, 21 de septiembre de 2010

Vivir

Preso en la caja de musica
que es la vida, bailo.
Giro, Giro, Giro
al ritmo del Danubio Azul.
Nunca conocere sus aguas
porque atrapado aqui
me siento solo un trozo de platico deformado.

Giro cada vez que alguien
quiere darme rienda suelta
Separa lentamente la tapa
y deja que la luz me deslumbre por un momento
Y yo, feliz de su visita
Giro, Giro, Giro
buscando por un instante sus ojos
hoy emocionados, mañana hastiados.

Giro y busco con la mirada
giro y espero ese momento
en que nuestras miradas se cruzan
para estirarme
para mirarte con aire altanero
Como Húsar De su majestad
y en una suplica callada
soñar con que no cierres la tapa
y girar, girar girar
para siempre

lunes, 20 de septiembre de 2010

No estés triste, mi amor

No estés triste‚ mi amor‚
y si lo estás‚
que tu tristeza sea un modo de vengarte
de Dios y de las flores‚ de la alegría inútil
que debe ser la vida según ellos‚
y no estés triste nunca
por las cosas que pasan o no pasan‚
sino solo por esto: porque contempla la tristeza
desde lejos a Dios y a las flores y al tiempo
y nos lleva al lugar donde amar es posible.


De "Semillas para un cuerpo" 1988
Jesús Aguado



domingo, 19 de septiembre de 2010

Gracias por todo

Habrá un día en que todos
Al levantar la vista
Veremos una tierra
Que ponga libertad (bis)

Hermano aquí mi mano
Será tuya mi frente
Y tu gesto de siempre
Caerá sin levantar
Huracanes de miedo
Ante la libertad

Haremos el camino
En un mismo trazado
Uniendo nuestros hombros
Para así levantar
A aquellos que cayeron
Gritando libertad

Sonarán las campanas
Desde los campanarios
Y los campos desiertos
Volverán a granar
Unas espigas altas
Dispuestas para el pan

Para un pan que en los siglos
Nunca fue repartido
Entre todos aquellos
Que hicieron lo posible
Para empujar la historia
Hacia la libertad

También será posible
Que esa hermosa mañana
Ni tú, ni yo, ni el otro
La lleguemos a ver
Pero habrá que empujarla
Para que pueda ser

Que sea como un viento
Que arranque los matojos
Surgiendo la verdad
Y limpie los caminos
De siglos de destrozos
Contra la libertad

sábado, 18 de septiembre de 2010

Baílame el agua

Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azucar. Sin aliento.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Me dueles

Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza. Córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.

Entre los escombros de mi alma, búscame,
escúchame.
En algún sitio, mi voz sobreviviente, llama,
pide tu asombro, tu iluminado silencio.

Atravesando muros, atmósferas, edades,
tu rostro (tu rostro que parece que fuera cierto)
viene desde la muerte, desde antes
del primer día que despertara al mundo.

¡Qué claridad de rostro, qué ternura
de luz ensimismada,
qué dibujo de miel sobre hojas de agua!

Amo tus ojos, amo, amo tus ojos.
Soy como el hijo de tus ojos,
como una gota de tus ojos soy.
Levántame. De entre tus pies levántame, recógeme,
del suelo, de la sombra que pisas,
del rincón de tu cuarto que nunca ves en sueños.
Levántame. Porque he caído de tus manos
y quiero vivir, vivir, vivir.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

En la orilla

En la orilla del Adiós
suenan versiones de los clásicos de Bob.
Quizás llamamos demasiado pronto
a las puertas del cielo.
quien sabe si solo somos Cantos rodados
En este lado ,camino del Hades,
sonreímos ante la vacuidad de las promesas.
Nos miramos sintiéndonos vencedores
frente a un final anunciado
envuelto en flores, celofán y deseo.
Porque nos derramarnos el uno en el otro
bebamos hasta hartarnos de ser bebidos
acabemos sobre el suelo desvencijados.
Podriamos vivir cien días mas
envueltos en un abrazo que parece infinito
y se acaba al volver la esquina.
Hoy podría ser ayer pero mentiría.
Hoy sera un día mas en nuestras vidas.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La rutina matapoesía ...

Los teléfonos debieran ser parte
de la poesía
-la poesía está llena de recuerdos-
Hoy, una llamada solitaria
hizo rodar de nuevo el pasado a mi falda.

Se murieron tres años
casi cuatro.

Un bigote se movió sobre unos labios
murmurando
cosas triviales, de todos los días
que cómo están los niños,
si al fin me voy a Francia
que la perra tiene
tres cachorros
que cómo creció Carlos.

Y el teléfono de ayer me dijo:
Cuánto te quiero.
Cuánto te extraño.

Poema de Ana María Rodas

miércoles, 8 de septiembre de 2010

8 de Septiembre

Hoy, este día fue una copa plena,
hoy, este día fue la inmensa ola,
hoy, fue toda la tierra.

Hoy el mar tempestuoso
nos levantó en un beso
tan alto que temblamos
a la luz de un relámpago
y, atados, descendimos
a sumergirnos sin desenlazamos.

Hoy nuestros cuerpos se hicieron extensos,
crecieron hasta el límite del mundo
y rodaron fundiéndose
en una sola gota
de cera o meteoro.

Entre tú y yo se abrió una nueva puerta
y alguien, sin rostro aún,
allí nos esperaba.

lunes, 6 de septiembre de 2010

A jugarrrrrrrrrrrrrrrrr

En el Reino de Trapisonda encontré este juego. Adivina , Adivinanza. Seras capaz de saber los 50, quizás 30, .... Una manera divertida de volver a retomar el pulso al Blog.


Ahora, todos a publicar cuantas habéis acertado, yo me quede en 16

jueves, 2 de septiembre de 2010

Septiembre, 2

Es ahora la vida
esta extraña y frecuente sensación
de sopor y distancia,
y es también una luz que vela el mundo:
salir del caserón tras la comida,
recorrer bajo el sol la carretera
con los ojos ardientes de un verano
y sentarme en la roca frente al mar.
Abandonarme entonces
al sonido sin pausa de la tierra
mientras me vence el sueño algún instante
y me moja las sienes con su agua bendita.
Descubrir con asombro renovado
al pescador que vuelve cada tarde,
como vuelven las olas,
como vendrá la brisa con la noche.
Y esperar otra vez sobre la roca,
abrumado en el centro de la vida,
a que la sombra inunde
lentamente mi sombra.