Me gustan las mujeres
perversas
que me piden el látigo.
Y quieren que les ponga dinero
en la mano
mientras las penetro
y les digo cochinás al oído.
Esas mujeres que engañan
a sus maridos.
Y se escapan conmigo
una semana.
Por ahí.
A cualquier lugar.
Mujeres locas.
Ladronas, putas, infieles.
Sueñan con vivir
en la calle, de noche,
y llevar una vida
caótica
y brutal.
Desean ser un juguete
flotando
en la tormenta.
Templar conmigo en la sauna
delante de todos
para que nos miren
y se masturben.
A veces
llegan los poemas
que me escriben:
Deep in a dream
I smoke
A marijuana
Cigarette
And dive into
Clouds...
Entonces sé
que será difícil
abandonar
el desorden y el caos.
Quiero refugiarme
en algún monte.
Lejos
y no pensar que el
final
se acerca.
Y volveré al polvo.
Serenamente.
Como una chispa
mínima
en la inmensidad.
De Pedro Juan Gutierrez "morir en Paris"
Brutal niño.
ResponderEliminarBrutal.