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jueves, 5 de marzo de 2009

Requiem

Más allá del pecado,
indecible te adoro,
y al buscar mis palabras,
sólo encuentro unos besos.

Donde tu vientre es combo,
fugitiva tu espalda,
oloroso tu cuerpo,
te quiero.

En el pecho, en la nuca,
te quiero.
En el cáliz secreto,
te quiero.

Cuando el volcán refulge,
y arde lava en la noche,
en tu montaña ardiente,
te quiero.

Más allá de la muerte,
extraño me reavivo,
y al tomarte desnuda
sólo brasas alumbro.

En el pecho, en la nuca,
te quiero.
En el cáliz secreto,
te quiero.

Más allá del pecado
indecible te adoro,
y al buscar mis palabras,
sólo encuentro unos besos.

Gabriel Celaya y Felipe Juaristi



A veces hay regalos a los que nunca encontraremos una contrapartida.

A veces nos hacen sentirnos los seres más amados del mundo con solo unas palabras, como si fueran un gesto, el gesto mas dulce y amoroso que puede existir.

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