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jueves, 3 de julio de 2008

Ayer te besé en los labios

Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.

Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
-¿adónde se me ha escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.

Pedro Salinas

3 comentarios:

  1. Pedro Salinas ... no me canso de leerlo, no me canso.

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  2. No rechaces los sueños por ser sueños.
    Todos los sueños pueden
    ser realidad, si el sueño no se acaba.
    La realidad es un sueño. Si soñamos
    que la piedra es la piedra, eso es la piedra.
    Lo que corre en los ríos no es un agua,
    es un soñar, el agua, cristalino.
    La realidad disfraza
    su propio sueño, y dice:
    «Yo soy el sol, los cielos, el amor».
    Pero nunca se va, nunca se pasa,
    si fingimos creer que es más que un sueño.
    Y vivimos soñándola. Soñar
    es el modo que el alma
    tiene para que nunca se le escape
    lo que se escaparía si dejamos
    de soñar que es verdad lo que no existe.
    Sólo muere
    un amor que ha dejado de soñarse
    hecho materia y que se busca en tierra.

    Pedro Salinas

    Gracias por el comentario.
    Este especial para ti.

    Besitos

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  3. Brutal!
    Gracias.
    No lo conocía.
    Me ha encantado.
    Esta noche de desvelo me viene especialmente bien, me recuerda la importancia de seguir soñando.
    Besos.

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