Estamos tan intoxicados uno del otro
Que de improviso podríamos naufragar,
Este paraíso incomparable
Podría convertirse en terrible afección.
Todo se ha aproximado al crimen
Dios nos ha de perdonar
A pesar de la paciencia infinita
Los caminos prohibidos se han cruzado.
Llevamos el paraíso como una cadena bendita
Miramos en él, como en un aljibe insondable,
Más profundo que los libros admirables
Que surgen de pronto y lo contienen todo.
Ana Ajmatova, poeta Rusa que vivio entre 1917 y 1966, su vida se asemeja a la de otros muchos intelectuales rusos, vivió un primer esplendor hasta que la locura de Stalin convirtió La unión Soviética en una caza de brujas sin cuartel. Fue deportada durante bastantes años a Siberia de donde regreso con la muerte de Stalin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus palabras son bien recibidas, ¡gracias!