Pages
▼
jueves, 7 de junio de 2007
Nana a mi mismo
Con la palabra a cuestas,
con el hilo de un poema
asomado a la garganta,
con el beso desvelado
de un amor antiguo
trazando círculos de música
en mi boca,
me duermo ya,
caigo azul entre las sombras,
en esa atmósfera dulce del éter
que tejen los tréboles de la madrugada.
Palpo las húmedas fibras del sueño,
el racimo tenaz de recuerdos
que yace olvidado
en un rincón del cerebro,
la pulpa consumida de la esperanza.
El mundo sabe a campana,
a fuego de alcoba oceánica,
a merendero de abrazos
y catedral de orgasmos.
Noto las alas en mi espalda,
el galope del alma
por la infinita llanura del universo,
el apogeo del humo
al escalar el cielo.
Me duermo ya
y viajo escondido
en el vértigo del sueño
para no sentir
cómo el cuchillo oxidado de una pesadilla
atraviesa,
de parte a parte,
el limbo del aire.
Sí. Cierro los ojos
y me duermo ya,
tal vez me esté esperando
tu carnaval más fértil
al otro lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus palabras son bien recibidas, ¡gracias!