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miércoles, 17 de febrero de 2010

Me sobra el corazón

Me sobra el corazón
Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos de mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.

No puedo con mi estrella.
Y busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.

Si no fuera ¿por qué?... no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo allí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.

Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
qué inconformes mis ojos?

Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

Me sobra corazón.

Hoy, descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.

martes, 16 de febrero de 2010

No quiero negaciones, resúmenes ni almas cosidas.

Uno puede negarse al acontecimiento
y convertir su historia en un simple resumen
de lo ocurrido, pasos que no devienen cruce
y se apagan en vida, o se secan.

Uno puede negarse a saberse en el otro,
basta con acercarse a todo con un walkman
conectado a la carne,
enfundado el cerebro en aquella sustancia
impermeable que nos inmuniza,
basta con refugiarse en un desmayo a tiempo,
en el deseo de amar, u ocultarse
en la furia o en el numero de una cuenta bancaria.

De hecho, lo más frecuente es
que llevemos cosida el alma a su forro
como los trajes nuevos sus bolsillos,
para evitar que se deformen por el peso.

Del libro "Matar a Platón" de Chantal Maillard.

domingo, 14 de febrero de 2010

Un corazón con agua ...

Yo venía de otros bullicios
ella traía también en sus silencios
algunos rastros que la vida deja.

A veces me miraba y sonreía
y yo quería tejerle una canción
que anduviera con ella para siempre.

Era febrero
y la dicha existía junto con ella
que no había conocido mis defectos

que ignoraba mis dudas y mis miedos
que creía que por fin había encontrado
un amor irrepetible

y no había sentido nunca
que el amor
alguna vez igual que un cántaro
podía resquebrajarse
y dejar escapar toda su agua cristalina

¿cuánto tiempo puede un corazón vivir sin agua?

Casi tres lustros han pasado
No hablo como quien lo ha perdido todo
tampoco como el que todo lo ha ganado.

Esa mujer está conmigo todavía me
conoce dudoso y decidido fuerte y
cobarde me conoce.

Ha pernoctado en todos los oscuros huecos de mi pecho
ha visitado mis íntimas heridas
sabe de casi todos mis insomnios
juntos tenemos los sueños que pueden compartirse.

Escribo estas palabras mientras duerme
ambos estamos en el mismo lecho
respirando al unísono desnudos

y no sabemos cuál
será el final de este
poema.


Poema de Eduardo Langagne

jueves, 4 de febrero de 2010

"Mi hermano"

Nunca le perdoné a mi hermano gemelo que me abandonara durante siete minutos en la barriga de mamá, y me dejara allí, solo, aterrorizado en la oscuridad, flotando como un astronauta en aquel líquido viscoso, y oyendo al otro lado cómo a él se lo comían a besos. Fueron los siete minutos más largos de mi vida, y los que a la postre determinarían que mi hermano fuera el primogénito y el favorito de mamá.
Desde entonces salía antes que Pablo de todos los sitios: de la habitación, de casa, del colegio, de misa, del cine ... aunque ello me costara el final de la película. Un día me distraje y mi hermano salió antes que yo a la calle, y mientras me miraba con aquella sonrisa adorable, un coche se lo llevó por delante. Recuerdo que mi madre, al oír el golpe, salió de la casa y pasó ante mí corriendo gritando mi nombre, con los brazos extendidos hacia el cadáver de mi hermano. Yo nunca la saqué del error.



Premio Faroni de Relato Hiperbreve 2002: "Mi hermano", por Rafael Novoa

miércoles, 3 de febrero de 2010

El miedo / El extraño que vino de lejos

El miedo es una potencia cómica.
Me hace temblar en un pasillo
por el que voy dichosamente a tientas
para no despertarlo,
con gracioso patetismo,
abismado en mi cuerpo.

El miedo es el humor de la carne.
Por dentro es una fiebre
de pesadillas sin cuento,
un terror a la vida.
Por fuera es una broma.
Y es un prodigio haberlo perdido:
por la gracia de sentir
que soy ajeno a mí mismo.


Una de los grandes regalos que me han hecho  este año pasado, han sido las poesias reunidas de Leopoldo Alas , publicadas por Visor. Es una lastima que la Prematura muerte de este autor nos haya privado de su madurez poetica y del conocimiento mayoritario de la gente.
Algun dia se reconocerá todo el talento que sus letras reunen.

No sé cómo aprendimos a querernos,
qué hubo en vosotros de mí, qué nos dimos.
Corre la vida y estáis al pie de otros edificios,
zarandeados, llevados, retenidos en la trama.
Pero decidme si habéis elegido,
si queríais estar donde estáis
y en qué modo se ovilla y desovilla
el hilo que nos guía y que nos ata.

No sé por qué no compartimos las mismas habitaciones
ni comemos en los mismos restaurantes.
Por qué os reproducís.
De qué sirven los destellos que se apagan,
las lunas negras, los días sin huella.

Padres que fueron hijos, hijos que se hacen padres
y niñas que se quedan de pronto embarazadas.
Entenderlo, verlo todo de fuera.
Pero también entrar,
acercarse a las chimeneas de vuestros salones
como el extraño que vino de lejos
y os cuenta cuentos, os gasta bromas,
os dice versos, baila con vosotros,
enseña a jugar a vuestros hijos.

De este modo fuisteis construyendo
la historia que jamás fue nuestra historia.
Y la misma cadena que une vuestros destinos,
a nosotros nos libera:
para contaros cómo fue vuestro tiempo,
qué costumbres teníais, cómo intentabais amaros,
qué aficiones os ocuparon,
qué dudas os asaltaban,
qué palabras os confortaron,
qué silencios os preocupaban.
La historia de vuestra historia
para alumbrar vuestras sombras y arrancar vuestras mentiras.
Cómo fue vuestro tiempo de soledad en compañía
pues de vivirlo tanto, jamás lo comprendisteis.